EN HONOR A LA VERDAD
Ha
circulado en este nuestro amado pueblo y me ha llegado el falso rumor de
que tuve un desagradable incidente con cierta dama del Partido Popular
en el que fui gravemente insultado en mitad de la calle. La
supuesta conversación, según el rumor, es la siguiente: -
Hola, menganita – dije yo -.
¿Es cierto que, según he oído, te hacen responsable del
resultado de las elecciones. -
Oh, no! – contestó ella -. Precisamente
lo que he oído yo es que los responsables del resultado de las
elecciones sois tú y tres o cuatro hijos de puta más. Como
esta señorita es profesional
de la enseñanza, pertenece a consejos escolares y es, por consiguiente,
responsable de educar a nuestros niños y niñas para que cuando sean
mayores sepan vivir en paz y concordia, ilustrados en el respeto a sus
semejantes, es para mí un deber de honor testificar, y bajo juramento
si necesario fuera, por
salvaguardar el buen nombre y la buena fama de la susodicha señorita y
para tranquilidad de los padres y madres y tutores y tutoras que de
buena fe le confían la formación
de sus hijos e hijas, que en ningún momento del dicho encuentro tuvo
para mí palabra airada o insulto alguno. La conversación exacta y
precisa fue la del siguiente tenor: -
Hola, menganita – dije yo -.
¿Es cierto que, según he oído, te hacen responsable del resultado
de las elecciones?. Porque no me parece justo que te carguen a ti el
mochuelo. -
Ya ves - respondió
ella -, algo habrá que
purgar. Concluido
el dialogo sin más palabras ni testigos, seguimos nuestros caminos,
dedicándome mi interlocutora en la despedida, como no podría ser de
otra manera, una encantadora, amable y correspondida sonrisa. Cualquier otra versión es pura fantasía o, dicho sin eufemismos, una burda mentira. Septiembre
2003 |