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LA NORIA Año I - Núm. 1 - 19 - 11 - 1994

DESDE LA CIMA

Desde el Pico del Aguila, si no el más alto, sí el más característico y entrañable de nuestra Sierra del Oro, sentado en las rocas que apuntalan el pino que antaño desplegaba sus ramas como las alas del ave que le dio su nombre, con la vista unas veces fija en los huecos de las piedras de los que brotan espartos, jaras, tomillos y tantas otras plantas que se afanan por sobrevivir a estos tiempos adversos de sequía, otras veces casi perdida, mirando la cercana lejanía del Pueblo con su maraña de calles y tejados, rodeado por el semimeandro del Segura, con la torre de la Iglesia ya confundida entre las edificaciones, con su cinturón de huerta casi desaparecido, herido de muerte por la urbanización  de su suelo, con los pinos de la Ermita y los flancos guardados por Corona y el Cabezo de la Cruz, a uno le cuesta imaginar que allí abajo vive gente. Que mientras se escucha el ruido del viento en los pinos y el canto de los pocos pájaros que van quedando, las calles, la Era, los bares y esas casas que guardan los tejados que componen el plano preeminente del paisaje urbano, estén sirviendo de cobijo a unos habitantes que ignoran ese pequeño retal de mundo que desde abajo, en la vista contraria a la mía, se divisa minúsculo y lejano, como una imagen plana, sólo silueta, sin apariencia de vida y huérfano de moradores.

Visto desde allí, uno se abstrae de ese mundo y esa vida por unos minutos, mientras piensa en cómo conseguir que los pinicos que plantó  el Mister sobrevivan y lleguen, algún día, a cubrir el hueco que ha dejado el viejo Pino. Pero, ¡Ay!, de pronto ves que de los tres pinicos no queda más que uno. El más alto está quebrado y de los casi 80 cm. que tenía solamente le quedan 30 y no tiene guía. Condenado a muerte. Y de los dos pequeñines sólo queda uno, que el otro pasó a mejor vida. Es difícil que un pino se haya quebrado solo y que el pequeñín que falta se haya marchado por su propio pie a buscar otro rincón de la Sierra. Tiene que haber una mano humana que los haya quebrado y arrancado. Humana porque debe pertenecer a uno de esos animales que Dios quiso hacer racionales pero que sólo consiguió a medias. Y es que, si cuesta trabajo explicarse el afán de destrucción que notamos en nuestras calles, más difícil es imaginar que alguien se haya dado la caminata para matar esos dos pinos.

  Han quedado atrás muchos domingos en los que subíamos con bombonas de agua para regarlos y alimentar el invento de riego por goteo que instalamos el Trallan y un servidor. Quedan las fotografías de los pinos y del invento. De esos pinos que, gracias al comportamiento de algún elemento destructor, no conseguirán dar sombra ni desplegar jamás sus ramas como las alas del águila.

  Pero no importa. Hay muchos domingos, muchos otros pinos en los viveros, muchas bombonas de agua y mucha gente dispuesta a seguir subiendo los domingos a plantar más pinos y regarlos. Y vamos a plantar otro pino. Y le vamos a poner otro riego por goteo. Para que los depredadores tengan algo que destruir cuando suban al Pico del Aguila a no ser capaces de disfrutar del silencio, del sonido del viento al rozar los pinos, de los cantos de los pájaros, de los aires de libertad y de la maravillosa sensación de dar vida a algo que quedará mucho después de que nosotros no podamos verlo y que verá pasar a muchos más depredadores intentando destruir lo indestructible: el encanto de nuestros sueños.  


 

LOS TOROS DE OSBORNE

 Hace mucho tiempo, apareció una ley por la que se retiraban todas las vallas publicitarias de las orillas de carreteras, autopistas, etc., para evitar la distracción y el embelesamiento de los conductores. Llevó su tiempo, pero al final las han retirado casi todas. Sin embargo, daba pena que esos toros negros zaínos de Osborne abandonaran el paisaje, del que ya habían logrado formar parte indispensable, y los gobernantes de la Nación, haciéndose eco del sentir popular, a lo que nos tienen tan acostumbrados, y dando muestras de la honda sensibilidad que los inunda, han aprobado recientemente una proposición (no de ley, creo que la llaman) para hacer una excepción y permitir que esos toros sigan pastando en las laderas de nuestras vías. Me parece estupendo, pues a mí también me daba mucha pena que los quitaran. Pero, claro, quien hace una excepción deja la puerta abierta para otras muchas y, digo yo: ¿no podrían hacer, mediante otra proposición no de ley, otra excepción a la ley con el asunto de la adscripción al Régimen General de la Seguridad Social de los trabajadores eventuales de las empresas de Manipulado de Frutas y pasarlos al Régimen Agrario?. Esta sería menos excepcional que la de los toros, pues existe el precedente de que las Cooperativas, que manipulan los mismos productos y los venden en los mismos mercados (y tienen subvenciones a fondo perdido), están adscritas a ese Régimen  Agrario, con lo que sus trabajadores cotizan las horas que trabajan y así, cuando sean mayores, tendrán sus correspondientes y merecidas prestaciones sociales. Me consta que la asociación de empresarios (APOEXPA) se está moviendo incluso a nivel de Senado para conseguirlo. Muchos dirán, a propósito de la información del día 3 en La Verdad, que los empresarios son muy suyos y todo lo que quieran. Yo ni quito ni pongo rey, que  explicaciones  razonables tienen unos y otros, pero haríamos mejor todos en buscar una solución viable al problema, en lugar de dejarlo pasar o regodearnos con él. Porque el problema principal, después de todo, es el de las cotizaciones. Todo lo demás es circunstancial.


 

MIENTRAS ALGUNAS ASOCIACIONES NO DISPONEN DE ELLOS Y SE HACEN VIEJOS SIN USAR

LOCALES MARAVILLOSOS DUERMEN EL SUEÑO DE LOS JUSTOS

 El Centro de Estudios Abaraneros, como otras asociaciones de nuestra Villa, carece de un local que sirva de sede y lugar de trabajo para que todos los que participan y colaboran en su tarea de estudio y divulgación de nuestra cultura puedan desarrollar su labor. Hasta ahora, el Ayuntamiento ha concedido algunos locales, el último a ANSE, en la planta superior del Mercado, de la que casi han desaparecido ya los puestos de venta, locales que no están en condiciones para el uso de muchas de estas asociaciones, pues necesitan una adaptación considerable de obra.

Sin embargo, en la planta inferior han gastado un montón de dinero y han quedado unos locales fabulosos. La obra hace mucho tiempo que está terminada, incluso con los extintores colgados, aunque falta una buena limpieza. Pues bien, hemos solicitado uno de estos locales que nos viene pintiparado para nuestra actividad y, según nuestras noticias, la concejalía de cultura ha dicho que no, que tiene toda la planta reservada para ubicar en ella la Casa de la Juventud, dependiente, claro está, del Ayuntamiento, para que no se haga  nada sin la bendición de la Administración. El presupuesto solicitado para mobiliario es de quince millones y está bloqueado desde 1992 y posterior puesta al día en enero de 1993. Y lo que le queda.

Es evidente que el Ayuntamiento tiene muy asumido el papel de "madre administración" y, quizás, sacaría más provecho si actuara de respaldo a  grupos que son, modestamente, muy capaces para desarrollar muchas labores, con la ventaja de que  estos grupos (de soperos) no están condicionados a las elecciones, sino que están siempre en el mismo sitio y sin más interés que servir de algo.


 

¡A LAS BARRICADAS!

Los alumnos del Instituto hicieron huelga el día 16 para apoyar lo del 0,7. Es de admirar su solidaridad, y hacen bien en apoyar esas cosas con su mejor arma: no ir a clase. Seguro que los gobernantes no van a comer hoy de la preocupación y mañana a primera hora modificarán los presupuestos. ¿Y de la ESO qué?.

 

¡ CIUDADANO !

 No sea Vd. subversivo como Mnr. Yanes y pórtese bien con los  que  mandan. ¡Absténgase de opinar y no levante falsos testimonios ,leñe!. Ya le han dicho miles de veces  que en este País no pasa nada anormal. ¡No tenga mala leche!

 

 

POR CARIDAD

 Entra dentro de lo posible que sienta usted unas terribles ganas de tirar esta revista a la basura. Si es así, sus razones tendrá y nosotros no se las vamos a rebatir ni a discutir, siendo esta una publicación abierta, plural y respetuosa con las opiniones de los demás. Sí nos vamos a permitir un ruego: Si el destino de estas hojas que con tanto mimo hemos confeccionado es la papelera, por caridad, no las tire a una de esas que están por la calle y que reproducimos en las fotografías, tírelas, al menos, a una que merezca la pena, pues esta revista, aunque humilde y de papel, también tiene su corazoncito. Dios se lo pague.